miércoles, 24 de diciembre de 2008

Experimento Milgram

El experimento de Milgram ilustra como los seres humanos pueden ser controlados por la obediencia. Es un experimento sobre psicología social llevado a cabo por Stanley Milgram, psicólogo en la Universidad de Yale.

El experimento consistía en que unos participantes voluntarios ejercieran de profesores (realizando preguntas) a un alumno cómplice del experimentador. El profesor debía proporcionar descargas eléctricas a su alumno cada vez que este fallase las respuestas (por supuesto, las descargas eran ficticias y el alumno interpretaba la recepción de las descargas, pero esto el profesor no lo sabía).

El profesor podía observar como su alumno se retorcía de dolor y en algunos momentos decidía plantarse en el experimento. Pero las frases de obligatoriedad que expresaba el experimentador “continúe, por favor” o “el experimento depende de usted” conseguían que el maestro continuase propinando descargas eléctricas a su alumno.

Un 65% de los participantes aplicaron las descargas máximas, momento en que el alumno ya no mostraba signos de vida. Para los participantes llegar a este punto les resultaba incómodo, sin embargo lo hicieron. De este modo, este experimento quería demostrar lo manipulables que pueden ser los humanos por un carácter fuerte que les ordene ha hacer cosas que jamás se habrían planteado.

Milgram resumía el experimento en su artículo "Los peligros de la obediencia" en 1974 escribiendo:

Los aspectos legales y filosóficos de la obediencia son de enorme importancia, pero dicen muy poco sobre cómo la mayoría de la gente se comporta en situaciones concretas. Monté un simple experimento en la Universidad de Yale para probar cuánto dolor infligiría un ciudadano corriente a otra persona simplemente porque se lo pedían para un experimento científico. La férrea autoridad se impuso a los fuertes imperativos morales de los sujetos (participantes) de lastimar a otros y, con los gritos de las víctimas sonando en los oídos de los sujetos (participantes), la autoridad subyugaba con mayor frecuencia. La extrema buena voluntad de los adultos de aceptar casi cualquier requerimiento ordenado por la autoridad constituye el principal descubrimiento del estudio

Stanley Milgram. The Perils of Obedience (Los peligros de la obediencia. 1974)

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